Desde su presentación hasta el final del videojuego encontraremos seis capÃtulos compuestos de entre dos a tres partes cada uno, y salpicados por una cantidad obscena de cinemáticas, al más puro estilo Capcom, en las que con un impecable estilo, montaje y puesta en escena se nos narrará la epopeya de estos dos héroes por aclarar qué está pasando en un lugar donde toda la población parece hostil.
Apunta y DisparaAl usuario aficionado a la saga Resident Evil le costará muy mucho reconocer en los patrones jugables y de control de su quinta parte algún elemento de las primeras entregas de las series. El tÃtulo que nos ocupa tiene, en cambio, muchos parámetros en común con su predecesor, Resident Evil 4, del que calca prácticamente cualquier elemento de su concepto como shooter.
El cuarto capÃtulo de la franquicia fue aplaudido unánimemente por la crÃtica como un soberbio videojuego de acción, pese a que se reconocÃa de forma igualmente mayoritaria que poco o nada quedaba ya de su faceta Survival Horror. La supresión de los rompecabezas habÃa sido completa, la sensación de angustia reducida, y la escasez de munición e Ãtems borrada de un plumazo. El último videojuego de la saga sigue esta lÃnea llevándola todavÃa un paso más allá, y convirtiendo a la franquicia definitivamente en un espectáculo de acción: Aparatoso y de muchÃsima calidad, pero un espectáculo de acción a fin de cuentas, en el que el único nexo con el terror es el hecho de que deberemos abatir criaturas de pesadilla, como zombies y monstruos de espeluznante aspecto.
Las poco más de diez horas que dura la campaña individual de Resident Evil 5 son una fastuosa, impresionante y pirotécnica ensalada de tiros en la que el jugador se sentirá enfrascado, prácticamente desde los pocos minutos de juego, en un tÃtulo adictivo, brillante y en el que la acción sin tregua es su mejor imagen de marca.
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